¿Qué son realmente las emociones?
La clásica definición las describe como estados psicológicos complejos: reacciones físicas y mentales a eventos o situaciones que experimentamos. Están ligadas a nuestros sentimientos, estados de ánimo y comportamiento, y para cada uno de nosotros son profundamente personales. No hay dos personas que experimenten la vida, ni sus emociones, de la misma manera.
Desafortunadamente, es muy común que nos juzguen o critiquen cuando somos lo suficientemente valientes como para abrirnos y ser vulnerables. Cuando alguien minimiza lo que sientes, puede hacerte cuestionarte. Incluso podrías empezar a pensar que algo anda mal contigo por sentirte así.
¿Alguna vez has escuchado a alguien decir:
“Te estás ahogando en un vaso de agua”?
Puede que te digan esto cuando expresas una emoción abrumadora. Pero lo que no entienden es que para ti, ese “vaso de agua” se siente más como un océano inmenso y aterrador. La persona que minimiza tus sentimientos no ha compartido tu misma experiencia ni ha pasado por la misma tormenta emocional que tú.
La Acción de la Empatía Verdadera
La empatía verdadera no se trata solo de escuchar; se trata de hacer un esfuerzo genuino por comprender la perspectiva de la otra persona. Se trata de intentar ponerse en su lugar y comprender cómo es estar en su “océano de emociones”. Al escuchar y aprender sobre las experiencias que la llevaron allí, descubrirás que tu papel no es ofrecer soluciones ni minimizar sus sentimientos. Se trata, en cambio, de acompañarla en ese océano emocional y ayudarle a encontrar el camino a tierra firme.
Dada nuestra complejidad como seres humanos, no podemos comprender completamente lo que sienten los demás. Pero podemos hacer un esfuerzo conciente para escuchar y empatizar con alguien que está pasando por un momento difícil.
La próxima vez que alguien se abra contigo emocionalmente, considéralo un valioso regalo. Ese acto de vulnerabilidad es una señal de confianza absoluta.
Valóralo. Quizás descubras que lo más impactante que puedes hacer es simplemente escuchar.
E. Luna



