Aceptando a tu Niño Interior

Todos recordamos una época en la que la vida era más sencilla, cuando nuestra mayor alegría provenía de un juego con amigos, la sensación de un juguete favorito o el consuelo de la llamada de nuestros padres para volver a casa al atardecer.

De niños, nuestro mundo era un tapiz de maravillas sencillas, y la felicidad no requería mucho esfuerzo.

Luego llega la edad adulta.

Con ella, una cascada de responsabilidades, expectativas y una silenciosa presión para dejar atrás las cosas infantiles.

Se nos dice que seamos responsables, fuertes y que nos centremos en las cosas de los adultos.

Esto a menudo significa que reprimimos esa parte de nosotros que una vez supo encontrar la alegría en los momentos más pequeños:

Nuestro niño interior.

Puede que alcancemos nuestras metas y cumplamos todos los requisitos para una vida adulta exitosa, pero aún sintamos un vacío interior.

La espectativa de lo que creemos que debería ser la edad adulta puede llevarnos a perder el contacto con lo que realmente nos hace felices.

Pero ¿por qué debemos abandonar la fuente de tanta alegría?

El niño interior no es una debilidad; es una fuente de felicidad, creatividad y simple asombro.

Cuando superamos las tensiones de la vida, permitir que esa parte de nosotros aflore puede brindarnos el alivio que necesitamos.

Es un rayo de sol en un día nublado, un recordatorio de que la vida no tiene por qué ser solo trabajo y nada de diversión.

Reconectar con tu niño interior no requiere un cambio radical. Se trata de encontrar concientemente pequeñas maneras de revivir las cosas que una vez te trajeron alegría.

Para algunos, esto podría ser empezar una pequeña colección de figuras de acción de una película favorita y exhibirlas donde se puedan ver todos los días.

Para otros, podría ser algo tan simple como colocar una pelota de baloncesto donde puedas agarrarla y sentir su textura familiar, lo que te transportará instantáneamente a los partidos con amigos.

Para otros puede ser salir a pasear en bicicleta como solíamos hacer de pequeños sin preocupaciones de alcanzar una meta, solo disfrutar de el viento en tu cara y el paisaje a tu alrededor.

Sea cual sea tu método, encuentra la manera de dejar que tu niño interior salga y vuelva a ver el mundo con esos ojos, aunque sea por un rato. Recuerda que la vida aún puede ser sencilla y que la alegría se encuentra en las cosas más pequeñas y básicas.

E.Luna

One response to “Aceptando a tu Niño Interior”

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