Es bastante difícil mantener un compromiso con cualquier actividad durante un largo periodo de tiempo, como tener un trabajo durante muchos años y esforzarse por levantarse cada día e ir a trabajar.
O como esos atletas comprometidos que van a entrenar todos los días sin importar cómo se sientan, pero hay algo en su interior que los impulsa a trabajar. Y esto también aplica a muchas otras actividades de la vida.
Y sin advertencia ocurre un evento que cambia esa rutina y lo desbarata todo.
- Pueden ser unas bien merecidas vacaciones que alteren tus hábitos diarios.
- O puede ser una enfermedad o lesión que te deja fuera de juego por un tiempo y parece que no logras volver a tu rutina normal.
- O, debido a fuerzas ajenas a tu control, te encuentras en una situación que ha cambiado tu rutina y ahora te encuentras en un estado que te resulta desconocido.
En mi caso, he tenido varias de estas experiencias en las que me he visto obligado a cambiar mi rutina y entrar en un estado de transición.
Como atleta que entrené durante meses y sufrí una lesión que me apartó durante semanas hasta en mi profesión, tras años trabajando para una empresa, y llega ese cambio y eres uno de los desafortunados en ser despedido, lo que te obliga a cambiar tus hábitos de trabajo, horario, etc.
Así que, a medida que lidiamos con esa transición, donde nuestro estado mental y físico se acostumbran a algo distinto a lo que hacíamos durante años, se hace cada vez más difícil volver a un ritmo de vida normal.
Y a medida que atravesamos esos momentos, debemos ser conscientes de que tomará tiempo recuperar ese ritmo y encontrar la consistencia.
Debemos aprender a aceptar que la vida no es una línea recta sin dificultades, sólo necesitamos mantenernos enfocados.
¿Y cómo nos mantenemos enfocados?
Un hombre muy sabio dijo que si quieres avanzar y mantenerte comprometido, necesitas definir tu “visión”.
Y para definir tu visión, necesitas ser fiel a ti mismo y encontrar lo que te motiva.
Tu visión puede ser simple o compleja, solo sé consciente de que es algo por lo que estás dispuesto a trabajar y mantener tu enfoque.
Y esa visión podría cambiar en el futuro; tenemos derecho a cambiar de opinión e intentar algo nuevo o hacer algo diferente; no te castigues.
Sea lo que sea, usa esa visión para avanzar, incluso cuando ocurran eventos imprevistos que te cambien la vida y te sientas estancado.
Aunque sientas que avanzas lentamente, notarás que el tiempo vuela y, de repente, te estarás acercando cada día más a tu visión.
E.Luna




Leave a comment