Estoy seguro de que todos nosotros, como seres humanos, sentimos curiosidad por muchas cosas y, a medida que tratamos de aprender y encontrar información sobre ciertos temas, comenzamos a interesarnos más por aquellas cosas que cuestionamos.
Un tema que me ha llamado la atención es el de la fe.
Cuando alguien te menciona la fe, ¿en qué piensas?
- Tal vez pienses en un término religioso, donde la fe es la creencia en Dios o en enseñanzas religiosas.
- Secular, donde la fe puede referirse a la lealtad y el compromiso con una persona o un deber.
- O un término general, donde la fe es similar a la confianza y los dos términos se usan a menudo indistintamente.
Ahora bien, cuando veo estos tres conceptos que pueden ser similares, pero que todos tienen en común es que no son tangibles.
Entonces, ¿cómo encuentras certeza o generas confianza en algo que no es tangible y no proporciona esa evidencia fáctica de que existe?
Después de todo, para encontrar certeza o, en otras palabras, confianza en algo, tienes que ver pruebas de que existe y de que te dará resultados tangibles. La ciencia suele intervenir y hacer un esfuerzo para explicar, medir, cuantificar y encontrar evidencia tangible de que algo existe.
Y muchas personas pueden cuestionar si la fe es real o si es algo que nosotros, como humanos, usamos para sentirnos mejor acerca de ciertas cosas que no podemos controlar.
Bueno, en mi experiencia, la fe en Dios me ha ayudado a navegar por la vida cuando he tenido que lidiar con situaciones difíciles y disfrutar mucho más de esas buenas experiencias.
Al recordar las numerosas veces que mi fe me ha permitido seguir adelante y saber que las cosas estarán bien, es algo que le da más certeza a mi fe.
Ahora bien, para que tu fe crezca más fuerte cada día, tienes que practicar a menudo y, al igual que tus músculos, ejercitarla y alimentarla a menudo.
Como humanos, es difícil comprender cosas que no podemos ver ni tocar, pero
¿Cuántas cosas experimentas o sientes que no puedes ver?
Piensa en el aire que respiras y, sabiendo que está allí pero no puedes verlo, dirías que está allí y no lo cuestionarías porque es esencial para la vida.
La electricidad es otra cosa que no puedes ver, sin embargo, ves los efectos en las luces, los electrodomésticos y otras cosas.
Pero si ves un cable eléctrico desnudo saliendo de la pared, ¿estás dispuesto a tocarlo sin saber si el interruptor está encendido y con solo verlo?
Ahora bien, tener fe es algo tal vez conceptual, pero es real.
A medida que practiques la fe y te hagas más fuerte en ella, sentirás esa sensación de paz que te permitirá lidiar con las situaciones mucho mejor.
Tal vez no reconozcas que tienes fe, sin embargo:
¿Te vas a dormir y sabes con certeza que el sol saldrá a la mañana siguiente?
¿Te preguntas que, independientemente de lo que suceda, el tiempo sigue y avanza?
Entonces, tal vez podrías intentar tener fe en que todo estará bien y permitir que sucedan las cosas que deben suceder y no aferrarte a lo que quieres que suceda, dejar las cosas ir.
Puedes practicar la fe haciendo cosas como las siguientes:
- Ser agradecido.
- Perdonar a los demás y especialmente a ti mismo.
- Ser honesto contigo mismo y estar dispuesto a hacer cambios que quizá puedan ser incómodos.
- Confiar en que las cosas saldrán bien.
- Concentrarte en el panorama general. Cómo impactas a los demás en tu vida, aunque pienses que lo que haces es pequeño, es parte de un plan más grande.
Cuanto más tiempo practiques cada día, mejor te irá y comenzarás a tener certeza de tu fe.
Cuanto más tiempo pases en esta tierra y confirmes cada día que la fe existe, debes tomarte un tiempo para compartir, dar gracias y disfrutar de las bendiciones de la vida.
Después de todo, la certeza de la fe es algo en lo que tienes que trabajar conscientemente para crecer.
E. Luna




Leave a comment