Escrito por Edgar Luna
Recientemente mi hijo regresó de la universidad para visitarnos y pasar unos días con nosotros, sin embargo, en su vuelo de regreso se enfrentó a una situación la cual le ofreció una experiencia interesante la cual tal vez alguno de ustedes haya enfrentado algo similar en el pasado.
Tomando un vuelo de regreso a la ciudad donde estudia y después de aterrizar a su destino y esperar a que se abrieran las puertas del avión, como muchos sabemos hay una forma de salir del avión organizadamente fila por fila comenzando por las de enfrente de una por una hasta llegar a la última y todos esperando su turno. El al levantarse y quedarse de pie esperando su turno para avanzar, escuchó que alguien detrás de él le exigía con muy mala actitud que se moviera, sin embargo no había forma de avanzar y moverse porque había gente al frente esperando, sin espacio para moverse.
La persona en cuestión comenzó a exigirle que se moviera. El sintió que no tenía control para dejarla pasar debido al espacio limitado, sin embargo el tono de esta persona se convirtió en acoso ya que junto con algunas personas que acompañaban a esta persona comenzaron a celebrar la forma de comportarse. Sin saber nada sobre mi hijo, comenzaron a criticar todo de él desde su peinado, vestimenta, su complexión física.
Después de que finalmente se abrieron las puertas y el pensar que esa experiencia había terminado, el grupo de personas comenzó a seguirlo, insultarlo y seguir acosando, siguiéndolo hasta que él pudo subir a su tren.
Ahora bien, en estas situaciones,
¿Qué te sentirás tentado a hacer?
Según lo experimentado por mi hijo, él no hizo nada malo y la persona estaba siendo injusta y esa podría haber sido razón suficiente para responder, entablar una discusión y montar una gran escena.
Sin embargo él decidió dejar de lado esas emociones y aunque tenía motivos para reaccionar con la misma energía y actitud, mantuvo la calma y mostró carácter.
Estoy seguro de que en algún momento de tu vida has lidiado con algo similar a esto en algún momento y tal vez has tomado el camino correcto o tal vez has dejado que algún extraño te robe tu paz.
Al enterarme de este suceso, me pregunté:
¿Que estaría pasando en la vida de la persona que la hizo actuar de está manera?
Tratando de empatizar y entender que algo tan pequeño le provocaba tantas emociones negativas hacia alguien que ella ni siquiera conocía, juzgándolo y tratando de robarle su paz.
Al igual que esa experiencia, yo he pasado por varios eventos en los que parezco estar en el camino de alguien que está listo para liberar sus frustraciones con esa persona que se interpone en su camino.
Sin embargo en esas situaciones mantengo la calma, pienso que lo que dicen de mí no es cierto ya que no me conocen, pienso en el panorama general de sí confrontar a alguien por un malentendido me ayudará en el futuro o perjudicaría y también trato de ser empático y entender por qué esta persona está tan molesta.
La fuerza de carácter es saber cuándo alejarse de una situación que podría hacerte sentir justificado para actuar; sin embargo, sabes que manejar tus emociones es mucho más fuerte que dejar que te controlen.
E.Luna




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