Escrito por Edgar Luna

A veces en la vida tomamos ciertas decisiones que esperas que te traerán tanta alegría que no podrías describir, básicamente tener un sueño.

Estableces algún tipo de expectativa y visualizas un plan y cómo funcionarán las cosas al tomar ese camino hacia el cumplimiento de tu sueño.

Ese sueño podría implicar que te mudes a un lugar determinado para estudiar o trabajar, elegir una especialidad específica para estudiar, mudarte o casarte con alguien y muchos otros escenarios que enfrentarás durante tu vida.

Luego, después de que tomaste tu decisión y comenzaste a recorrer el camino que en tu mente era lo que querías, comenzaste a enfrentar algunos desafíos.

“Quizá las cosas no van como esperabas.“

En lugar de estar feliz por la elección que tomaste comienzas a sentirte infeliz y te cuesta trabajo motivarte cada día para seguir adelante y seguir con una actitud positiva.

Y aunque sabes que tu decisión de tomar ese camino es la correcta para cumplir tu sueño, comienzas a perder de vista tu objetivo final y sólo comienzas a enfocarte en las cosas negativas a las que te enfrentas.

Solo consigues sentirte más frustrado, ansioso y desanimado a medida que pasan los días y desarrollasen tí esa sensación de que no puedes esperar a que el tiempo pase lo más rápido posible para poder salir de esa situación.

En ese momento comienzas a buscar y ver hacia otra parte y a desviarte del camino porque las cosas comienzan a ponerse difíciles.

“Añorando lo que podría ser a cambio de lo que es.”

Y entre más te enfocas en lo negativo de tu situación actual, es natural que fijes tu mirada en otro lugar, ese lugar que desde fuera luce mejor, ese lugar que es muy atractivo porque parece ofrecer todo lo que te falta en tu situación actual.

Entonces sólo comienzas a enfocarte en las cosas buenas del nuevo lugar o situación y acentúas las cosas malas del lugar actual, cegando tu juicio y tal vez tomando decisiones impulsadas por la emoción.

Cualquiera que sea la situación debes tomar el tiempo para enfocarte realmente en el por qué elegiste estar donde estás y revisar nuevamente tu meta, tu visión, tu propósito. Espera , respira y enfoca tu atención en las cosas buenas que te hicieron decidir estar donde estás.

A medida que las cosas se vuelven difíciles e incómodas, es posible que tengas la tendencia de enfocar tú atención y energía únicamente en los motivo por el que estás infeliz y tratas de salir, cuando hay tantas cosas buenas que puedes hacer en tú situación actual.

Ahora bien, si realmente estás seguro de que tu decisión inicial no fue aquella con la cual quieres continuar y quieres hacer un cambio, entonces hazlo, tienes esa opción.

Sin embargo, también ten en cuenta que te enfrentarás a desafíos todos los días de su vida y que un lugar no puede ofrecer mucho si tu actitud es la misma. Todo depende de cómo abordas la vida y que veas esos desafíos como oportunidades.

Las cosas parecen volverse más difíciles a medida que envejeces y asumes más responsabilidades y con eso, muchas personas comienzan a enfocarse sólo en lo negativo.

Si haces un esfuerzo consciente por enfocar tu atención en el presente, disfrutas el momento y lo que la situación actual tiene para ofrecerte descubrirás que serás más feliz.

Sólo ten en cuenta lo que realmente quieres porque buscar siempre “pastos más verdes” no siempre es la mejor solución cuando lo que realmente necesitas es trabajar en ti mismo.

E.Luna