Escrito por Edgar Luna

Una vez al día, intentó tomar unos minutos de mi tiempo y salir a caminar después de comer para despejar mi mente del trabajo que estoy haciendo y realizar un reinicio de mi mente.

Hace algunos días mientras caminaba y escuchaba música noté que era un día con viento, el cual no era incómodo, sin embargo se podía ver y sentir que había mucho movimiento en el ambiente.

Estaba nublado y la temperatura era muy agradable para dar un paseo al aire libre. Visualmente se podían ver los árboles y el pasto moviéndose, algunas hojas secas en el pavimento moviéndose en ciertos patrones que estoy seguro nadie podría predecir. Sentía el viento en mi cuerpo aunque no podía verlo, sé que existe.

Mientras caminaba vi justo enfrente de mi algo volando hacia mi, algo muy pequeño y no pude percibir lo que era, al acercarse más a mi pude definir el color que era verde y a unos cuantos metros de mí vi que era un trozo de hoja que volaba unos metros sobre mi pero bajaba directo a mi.

Extendí mi mano, con mi palma hacia arriba, y preguntándome si aterrizará sobre ella, haciendo un juego de este evento aleatorio. Si lo piensas bien, estaban sucediendo muchas cosas a la vez. El viento soplaba sin dirección definida , yo me movía hacia delante y el trozo de hoja volaba hacia mí pero sin ningún esfuerzo adicional el pequeño trozo de hoja aterrizó suavemente sobre la palma de mi mano. Como si fuera una nave espacial aterrizando en la luna.

Observé el pedazo de hoja y mientras lo analizaba por unos segundos, tuve el pensamiento de tirarlo y en eso me di cuenta y me dije:

“Qué evento tan aleatorio”

¿Cuáles son las posibilidades de que un trozo de hoja vuele directamente hacia mí, haya capturado mi atención, extiendo mi mano y aterrice en mi palma?

Aunque es algo trivial y tal vez sin sentido, me hizo pensar en cómo los acontecimientos aleatorios de la vida pueden afectar nuestro bienestar.

Cuántos de nosotros hacemos un gran esfuerzo por intentar controlar todo lo que nos rodea, por mucho que lo intentes, habrá ciertas cosas que nunca podrás controlar ni predecir.

¿Cómo te sientes cuando no tienes el control de una determinada situación o evento?

Hay ciertas cosas que podemos hacer para prepararnos para el futuro; sin embargo, también debemos ser conscientes y reconocer que habrá ciertas cosas que estarán fuera de nuestro control y que necesitamos encontrar algún tipo de paz dentro del azar de la vida.

No hay duda de que durante nuestra vida habrá situaciones o eventos impactantes que no vemos venir, pero que nos pondrán a prueba y nos harán sentir vulnerables, y cualquiera que sea esa situación, tenemos la opción de tratar de controlarla y aferrarnos a esas situaciones y sentimientos incómodos o dejarlo ir y permitir que ese evento pase.

Reconocer que el evento tiene un impacto en nosotros , aprender a dejar a lado esos sentimientos, y experimentar el momento tal como es,” estar presente” , te ayudará a aprender de ello y utilizar ese conocimiento en el futuro, tomándolo como una oportunidad de aprendizaje para tú crecimiento.

Como seres humanos tendemos a aferrarnos a las cosas, algunas de ellas pueden ser visibles como cosas materiales que desencadenan emociones en nosotros o invisibles como los pensamientos que generan ciertas emociones. El esfuerzo de aferrarnos a esos pensamientos que podrían darnos una determinada emoción deseada, nos hace gastar enormes cantidades de energía. Lo comparo con estar colgado de la cornisa de un edificio de 10 pisos mientras intentas sostener un peso de 100 kilos. Con el tiempo, tendremos que soltar el peso para permitirnos volver a subir, o dejar que el peso nos haga caer.

En lugar de aferrarte a esa emoción, necesitas aprender a dejarla ir, tal vez eso signifique perdonarte a ti mismo por un error que cometiste y simplemente no quieres dejarlo ir porque no te sientes digno de perdonarte a ti mismo.

Habrá muchas cosas que te sucederán al azar, algunas de ellas insignificantes y otras que serán más significativas. Pase lo que pase, experimenta el evento, aprende de él y práctica la habilidad de dejar ir y aprender a lidiar con “el azar de la vida”.

E.Luna