Escrito por Edgar Luna
No estoy seguro de cuántos de ustedes han tenido la oportunidad de ser voluntarios y que hayan tenido la oportunidad de ayudar en una o varias de las tantas organizaciones que están pidiendo ayuda. Yo tengo una experiencia que me gustaría compartir sobre ser voluntario.
Desde muy pequeño tuve a alguien quien influyó en mí, un muy buen modelo a seguir en casa, que fue mi mamá que dedicó parte de su vida como voluntaria en nuestra iglesia. Fue coordinadora de catecismo y además ayudó con muchos eventos para recaudar fondos para hacer crecer nuestra comunidad. Durante más de 30 años dedicó su tiempo en ayudar al desarrollo de niños y de las personas que les enseñaban. Ella todavía dedica su tiempo a recaudar dinero para la iglesia coordinando venta de comidas y cualquier evento que ayude a hacer crecer la comunidad donde vive.
A medida que me hice adulto, tuve hijos y comencé a adoptar las responsabilidades de papá encontré la oportunidad de ser voluntario.
Primero que nada, mi esposa en algún momento solo podía trabajar como voluntaria y su oportunidad fue a través de la YMCA, ahí comenzó su carrera actual donando su tiempo para enseñar a los niños a nadar y también dar mantenimiento a la piscina.
Durante ese tiempo tuvo la oportunidad de aprender inglés a través de todos los niños a los cuales enseñaría y eso la ayudó a comunicarse mejor y sentirse más cómoda con un idioma que conocía muy poco.
A medida que se involucró más dentro de la organización, comenzó a contarme sobre las oportunidades de voluntariado y que había la necesidad de personas dispuestas a donar su tiempo para ayudar a la comunidad.
Como dije antes, hay muchos lugares que necesitan ayuda y mi llamado a ser voluntario vino a través de esa misma organización usando el deporte como vehículo para compartir mi experiencia con otros.
Al principio no pensé que yo fuera esa persona que pudiera contribuir como voluntario, no pensé que hubiera algo especial que pudiera enseñar u ofrecer.
Sin embargo, cuando mis hijos comenzaron a practicar deportes, fui a las reuniones de padres y escuché esa pregunta que siempre hacían:
¿Le gustaría ser voluntario?
Estaba intrigada pero no sabía cómo funcionaría, también pensé que no tendría tiempo porque tenía que trabajar, siempre estaba ocupada y no podría comprometerme con el tiempo, por eso no me ofrecí como voluntario.
No me convertí en entrenador esa primera temporada, pero estaba invirtiendo tiempo llevando a mis hijos a todas las prácticas y juegos, y mientras lo hacía comencé a pensar “puedo hacer esto”. Ya estoy aquí para todas las prácticas y juegos, así que también podría comprometerme a ser voluntario.
Así que la próxima temporada me ofrecí como voluntario y pasé por el proceso para convertirme en entrenador de baloncesto de la YMCA, apegándome a lo que sabía, que era baloncesto y comencé a entrenar a niños de 3 y 4 años.
Cuando comencé a involucrarme y de hecho hice el trabajo de coordinar un horario de práctica, encontrar un lugar para practicar, organizar reuniones de equipo con los padres, preparar las prácticas y muchas otras cosas, aunque fue un esfuerzo que consumía mucho tiempo, realmente lo disfruté mucho.
A medida que me sentí más cómodo, vi que había una necesidad de entrenadores en otros deportes como fútbol, fútbol de bandera, voleibol y béisbol, así que comencé a trabajar como voluntario en todos los deportes durante todo el año.
Eso significaba 8 semanas de un deporte a la vez, una semana de descanso y otras 8 semanas de otro deporte de esa manera durante todo el año.
Hice esto y siempre intenté tener 2 equipos porque había la necesidad y tenía niños de diferentes edades. Sin darme cuenta ya había entrenado durante 10 años de mi vida, lo que para mí fué un abrir y cerrar de ojos.
Durante ese tiempo hubo muchos recuerdos maravillosos y pude conocer mucha gente maravillosa, desde los niños, hasta los padres, sus familias y amigos que los apoyaban durante los juegos.
Uno de los sentimientos más bellos es cuando te topas con una persona y te dice “hola entrenador” y sabes que es alguien a quien impactaste positivamente.
También se me han acercado algunos padres que comenzaron a entrenar porque se habían inspirado a ser voluntarios y contribuir a sus comunidades por medio de lo que yo estaba haciendo.
A través del voluntariado he tenido la oportunidad de compartir mi pasión por los deportes y lo que esa filosofía me ha enseñado cómo trabajar fuerte, trabajo en equipo, responsabilidad, disciplina y resiliencia que es lo que trato de compartir con niños y padres.
Sólo puedo decir que ser voluntario es una hermosa experiencia de compartir lo que sabes con el mundo.
Y aunque no era un experto, traté de dar lo mejor de mí y aprender de los niños y padres, así como de las muchas personas que me rodeaban.
He descubierto que el acto de ser voluntario aporta tanta alegría a la vida, que el solo hecho de saber que estás ayudando a alguien necesitado llena tu corazón de enorme alegría.
Comparto mi experiencia con el voluntariado y tal vez inspire a alguien a encontrar algo que le apasione y tome algo de tiempo para compartir con alguien que lo necesite.
Esa necesidad puede ser cualquier cosa y tú puedes ser esa persona capaz de compartir e inspirar.
Creo que si tienes dificultades en la vida y sientes que no puedes encontrar tu vocación, te recomiendo que busques un lugar para ser voluntario.
Tal vez comiences poco a poco, tal vez una hora o un poco más. Pero comienza en algún lugar donde puedas tener esas sensaciones iniciales de ayudar a alguien y verás cómo las cosas en la vida se vuelven más claras y mucho más significativas.
Encuentra algo que sepas y te apasione y compártelo.
Créeme que el regalo de dar no será de ti para las personas a las que estás ayudando, será de esas personas a las que estás ayudando hacía ti.
E.Luna




Leave a comment